Los pequeños dispositivos endoluminales de redirección de flujo, también conocidos como FRED, son el próximo gran avance en el tratamiento de los aneurismas.
FRED, abreviatura de dispositivo de redirección de flujo endoluminal, es un dispositivo de dos capasníquel-Tubo de malla de alambre de titanio diseñado para dirigir el flujo sanguíneo a través de un aneurisma cerebral.
Un aneurisma cerebral se produce cuando una parte debilitada de la pared de una arteria se inflama, formando una protuberancia llena de sangre. Si no se trata, un aneurisma con fugas o roto es como una bomba de tiempo que puede provocar un derrame cerebral, daño cerebral, coma y la muerte.
Normalmente, los cirujanos tratan los aneurismas con un procedimiento llamado espiral endovascular. Los cirujanos insertan un microcatéter a través de una pequeña incisión en la arteria femoral de la ingle, lo pasan al cerebro y enrollan el saco aneurismático, impidiendo así el flujo sanguíneo hacia él. Este método funciona bien en aneurismas pequeños, de 10 mm o menos, pero no en aneurismas más grandes.
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“Cuando colocamos un espiral en un aneurisma pequeño, funciona de maravilla”, afirmó el Dr. Orlando Díaz, neurorradiólogo intervencionista del Hospital Metodista de Houston, donde dirigió el ensayo clínico FRED, que incluyó a más pacientes que cualquier otro hospital de EE. UU. “Pero el espiral puede condensarse y formar un aneurisma gigante. Puede reiniciarse y causar la muerte del paciente”.
El sistema FRED, desarrollado por la empresa de dispositivos médicos MicroVention, redirige el flujo sanguíneo en el lugar del aneurisma. Los cirujanos insertan el dispositivo a través de un microcatéter y lo colocan en la base del aneurisma sin tocar directamente el saco aneurismático. A medida que el dispositivo se extrae del catéter, se expande para formar un tubo de malla enrollado.
En lugar de ocluir el aneurisma, FRED detuvo inmediatamente el flujo sanguíneo en el saco aneurismático en un 35%.
“Esto altera la hemodinámica, lo que provoca que el aneurisma se seque”, dijo Díaz. “Después de seis meses, finalmente se marchita y muere por sí solo. El 90 % de los aneurismas han desaparecido”.
Con el tiempo, el tejido alrededor del dispositivo crece y ocluye el aneurisma, formando efectivamente un nuevo vaso sanguíneo reparado.
Hora de publicación: 18 de agosto de 2023